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COP28: La sequía extrema en la Amazonía podría empeorar para 2024 con consecuencias para la región

Diciembre 9 de 2023, AMAZONAS, Brasil.- Mientras el mundo dirige su atención hacia el calentamiento global y el gobierno brasileño, bajo el liderazgo de Lula, busca recuperar un papel destacado en temas ambientales en la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28 CMNUCC) en Dubái, la población de la Amazonía en Brasil aún sufre los impactos de la sequía extrema que afectó el bioma este año.

La sequía, que normalmente concluye a fines de octubre, fue tan intensa que el Servicio Geológico Brasileño solo confirmó el 24 de noviembre el inicio del proceso de inundaciones en las cuencas de los ríos Negro y Solimões, dos de las más importantes en la región. La sequía de este año dejó a varias comunidades, cuya movilidad depende del nivel de los ríos, aisladas, con consecuencias económicas y sociales graves para los moradores. Además, la sequía provocó la muerte de cientos de delfines y peces en la región.

Este lamentable panorama destaca la urgencia de abordar los impactos directos del cambio climático y la importancia de las discusiones en curso en la COP28 para enfrentar desafíos ambientales a nivel mundial. La Amazonía, como pulmón del planeta, requiere una atención especial y la implementación de acciones contundentes para preservar su invaluable biodiversidad y proteger a las comunidades que dependen directamente de sus recursos.

"Esta es la peor sequía que he presenciado en mi vida. Los peces han muerto y muchos están desapareciendo. La situación es cada vez más precaria. Cultivamos yuca con la intención de venderla en las ciudades, pero en estos momentos apenas contamos con recursos y nos enfrentamos a la incertidumbre de si podremos entregar productos debido a que los ríos están secos". Dijo Ozinei da Silva Cordeiro, de 37 años, quien vive en Nova Esperança, en la tierra indígena de Barreira da Missão, Tefé, Estado de Amazonas, el estado donde el incremento de las temperaturas del agua provocó la muerte de 276 delfines de río desde el 23 de septiembre.  

Para agravar la situación, los científicos advierten que la sequía podría intensificarse aún más en 2024. Según las proyecciones, "El Niño alcanzará su máxima magnitud entre diciembre de 2023 y febrero de 2024. Como resultado, con el retraso en el inicio de las lluvias, el tiempo para la recarga de los ríos será demasiado breve para una recuperación completa, lo que podría llevar a una sequía aún más severa el próximo año", señaló Jochen Schöngart, investigador en el Instituto Nacional de Investigación (INPA).

La principal razón detrás de esta prolongada sequía es la combinación del Cambio Climático, con el calentamiento anormal del Océano Atlántico Norte, junto con el fenómeno de El Niño, caracterizado por un aumento en la temperatura en el Océano Pacífico Ecuatorial y que se vuelve cada vez más intenso. Marina Napolitano, Directora de Estrategias de WWF Brasil, comentó: "Estos dos factores, agravados por la deforestación y los incendios, contribuyen al aumento de las temperaturas, prolongando la temporada seca e inhibiendo la formación de nubes y lluvias en diversas partes de la Amazonía".

"Es imperativo poner fin a esta destrucción. Los bosques amazónicos ofrecen servicios ambientales indispensables no solo para la región, sino para todo el mundo. La regularidad de las lluvias, fundamental para muchos sistemas de electricidad, el suministro de ciudades, industrias y agricultura, es solo uno de estos servicios. Además, la selva amazónica actúa como un sumidero de carbono indispensable para hacer frente a la crisis climática", enfatizó Napolitano. En otras palabras, los efectos negativos de la degradación de este bioma repercutirán tanto en Brasil como en el resto del mundo.

Desde el inicio de la crisis, WWF Brasil ha estado trabajando para combatir los efectos de la sequía en la Amazonía a través del Centro de Respuesta a Emergencias, que brinda ayuda humanitaria a las poblaciones afectadas, centrándose en la entrega de alimentos y agua. Hasta ahora se han distribuido alrededor de 60 toneladas de alimentos a más de 3,900 familias en comunidades afectadas por la escasez.

También se está llevando a cabo el fortalecimiento de los equipos destinados a las brigadas de extinción de incendios en la región. Esto incluye el suministro de combustible, equipos de protección personal, insumos veterinarios y apoyo logístico para facilitar el desplazamiento de voluntarios que están trabajando en la crisis de los delfines de río en Tefé y Coari, en Amazonas. Además, se está brindando asistencia en la planificación y mapeo de áreas críticas para los delfines de río, haciendo uso de modelos climáticos.

De continuar como sugieren las predicciones de investigadores, la situación de sequía prolongada en la Amazonia podría intensificarse aún más, especialmente con el calentamiento anómalo del Atlántico. Según los expertos, esta sequía extrema podría extenderse hasta mediados de 2024, abarcando otros espacios del bioma. Dado que la Amazonía actúa como un enfriador y regulador del clima regional, la duración de la sequía podría afectar las temperaturas en la zona.

Aunque las comunidades locales ya han sufrido graves consecuencias, es crucial destacar que los impactos no se limitan a las poblaciones locales. La economía y la seguridad hídrica de otras regiones también se ven afectadas, ya que cualquier evento en la Amazonía tiene repercusiones en otros biomas.

“Es imperativo actuar de inmediato frente a las consecuencias tangibles de la crisis climática. Para evitar que la Amazonía pierda su rol de regulador del clima es crucial detener la deforestación y actividades ilegales como la minería de oro, así como conservar el 80% del bioma. Si perdemos la Amazonía, perdemos la posibilidad de cumplir con las metas climáticas, y sabemos que eso afectaría a todo nuestro planeta” dijo Analiz Vergara, Oficial Senior de la Unidad de Coordinación Amazónica de WWF.  Por el planeta, debemos además, reducir drásticamente el uso de combustibles fósiles y cambiar nuestra manera de relacionarnos con los recursos naturales, añadió.

© Jacqueline Lisboa / WWF-Brazil
La sequía, que normalmente concluye a fines de octubre, fue tan intensa que el Servicio Geológico Brasileño solo confirmó el 24 de noviembre el inicio del proceso de inundaciones en las cuencas de los ríos Negro y Solimões, dos de las más importantes en la región.
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