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Nunca más un mar negro

  • El 15 de enero del 2022, el Perú ha sido testigo de uno de los peores derrames de petróleo en sus costas, que afectó a 2 áreas naturales protegidas, con fauna marina amenazada como aves, pingüinos, nutrias y a más de 1500 pescadores artesanales que han visto sus actividades paralizadas.
  • Desastres ecológicos como este son un llamado a evaluar las medidas preventivas que como país y sociedad civil debemos tomar para que nunca más vuelva a ocurrir.
 
El mar peruano es considerado como uno de los mares más productivos del mundo, sustenta los medios de vida de miles de familias y cientos de comunidades pesqueras. Contribuye con la seguridad alimentaria del país y produce miles de millones de dólares en divisas por exportaciones. Además, es hábitat de más de mil especies de peces y una gran biodiversidad de fauna marina. Su salud y conservación dependen principalmente de la mitigación de sus principales amenazas y del desarrollo de actividades económicas sostenibles.
 
Lamentablemente, la costa y el mar peruano están enfrentando uno de sus mayores desastres ambientales, el derrame de petróleo de un volumen estimado alrededor de los 500 mil galones, ocurrido desde la Refinería La Pampilla S.A.A., operada por Repsol Perú en el distrito de Ventanilla (Lima). Al 23 de enero del 2022, la OEFA había estimado que el desastre había afectado más de 1.8 millones de m2 de las playas en la franja costera entre Callao y Chancay[1]. Asimismo, se estima que más de 7.1 millones de metros cuadrados de mar también han sido comprometidos[2]. Esto representa un área similar a mil veces el Estadio Nacional, solo en área marina afectada. Sin embargo, estas estimaciones continúan en aumento debido a que la distribución del crudo sigue expandiéndose con las corrientes.
 
Los derrames de hidrocarburos no son nuevos para el país, de acuerdo con el informe “La sombra de los hidrocarburos en el Perú” producido por Oxfam 2022, desde 1997 hasta el primer trimestre del año 2021, se han producido 1002 derrames a nivel nacional de los cuales un 56% ocurrieron en la selva y alrededor del 40% en la costa marina. Cabe resaltar que una vez que ocurre un desastre de este tipo, es sumamente difícil de combatir, debido a que por su naturaleza viscosa se mantiene presente por un largo periodo en el medio marino, causando efectos devastadores al ecosistema, sus especies, y las comunidades que dependen de estos recursos.
¿Qué sucede tras un derrame de petróleo?
 
Cuando el petróleo es derramado en el océano generalmente flota y se esparce rápidamente por la superficie del agua formando una capa delgada. La naturaleza y la duración de los efectos de un derrame de petróleo dependen de una amplia gama de factores, entre los cuales está la cantidad y el tipo de petróleo derramado, su comportamiento en el medio marino, las condiciones ambientales y características físicas del lugar en el cual ocurre el derrame, y el momento en que se da el derrame, entre otros.[3]
 
La selección de técnicas de limpieza apropiadas y la eficacia con la que se llevan a cabo las operaciones tienen una influencia significativa en los efectos de un derrame. Por ello, los planes de contención y medidas de respuesta rápida son tan relevantes, teniendo la suficiente capacidad, infraestructura, recursos, y equipos para hacer frente a contingencias. En ese sentido, existen distintos mecanismos y herramientas para limpiar un derrame que van desde barreras flotantes, skimmers o embarcaciones que recogen el petróleo, químicos que descomponen el petróleo, quema in situ, camiones aspiradores de petróleo, entre otros.

Efectos sobre el ecosistema y fauna marina

Los derrames de petróleo pueden llegar a ser muy dañinos para el ecosistema marino y dependiendo de las circunstancias (en dónde, cuándo y cómo ocurre el suceso) pueden morir y verse afectados miles de animales marinos. Entre las principales consecuencias de un derrame en el ecosistema marino se encuentran: la asfixia de animales marinos, impacto sobre sus funciones fisiológicas, cambios ecológicos en el ecosistema y sus especies; aparición de toxicidad química que puede dar lugar a efectos letales; y la pérdida de hábitat o refugio y la desaparición de especies de importancia ecológica.
 
La principal fauna marina que suele afectarse por derrames de petróleo en el océano son las aves, seguido por nutrias, cetáceos, tortugas, y mamíferos como lobos marinos entre otros[4]. En el caso de las aves, cuando sus plumas se engrasan con petróleo pierden su capacidad aislante y flotabilidad, provocando la pérdida de calor corporal, causándoles hipotermia en última instancia. Asimismo, cuando el petróleo entra a sus orificios nasales y ojos, les genera estrés afectando su capacidad de natación y buceo provocándole ahogamiento. De igual manera, un ave al tratar de limpiarse el petróleo acicalándose es muy probable que ingiera el crudo tóxico, lo que puede tener afectaciones intestinales graves, enfermedades hepáticas, renales, entre otros.
 
En el caso de ballenas, delfines y otros cetáceos al salir a la superficie para respirar entran en contacto con el crudo. El cual puede causar daño al tejido nasal y los ojos, generándoles asfixia. Cabe resaltar que los mamíferos que dependen del pelaje para regular su temperatura corporal, como las nutrias marinas, son las más vulnerables al petróleo, ya que los animales pueden morir de hipotermia o sobrecalentamiento, dependiendo de la temporada.
 
De la misma manera, es una amenaza para reptiles como tortugas marinas, donde pueden sufrir de inflamación de la membrana mucosa aumentando la susceptibilidad a infecciones y causar daños más sutiles en el comportamiento, la alimentación, el crecimiento o las funciones reproductivas.
 
Impacto en pesquerías y comunidades
 
Un derrame de petróleo en el océano afecta o paraliza las actividades de los pescadores y otros actores de la cadena productiva como fileteadores, comerciantes, restaurantes, debido a que se pueden reducir o perder sus zonas tradicionales de pesca e incluso dañar sus aparejos, los recursos explotados comercialmente están expuestos a la toxicidad del petróleo lo cual les genera asfixia y muerte y los contamina haciéndolos no apto para el consumo humano. Estas situaciones generan importantes consecuencias económicas para las comunidades costeras, dañando su seguridad alimentaria, puesto que la pesca es fuente importante de proteína en su dieta.
 
Otro dato importante es el efecto sobre los consumidores, quienes pueden volverse reacios a comprar productos del mar de una región afectada y la pérdida de confianza del mercado pueden resultar en una pérdida económica incluso si no hay una contaminación real del producto. Incluso llega a afectar a pescadores de otras zonas debido a la baja trazabilidad de los recursos. Es por eso que es importante informarse de fuentes oficiales del gobierno como el Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (SANIPES), el cual se encarga de supervisar y fiscalizar la sanidad e inocuidad de los productos pesqueros. Sus fiscalizadores desarrollan un análisis en los desembarcaderos para asegurar que los recursos que se vendan en la capital sean aptos para consumo humano, descartando aquellos que no están frescos (deben oler a mar, con piel firmes, ojos abultados, agallas de color rojizo) o estén contaminados (no deben oler a combustible ni tener manchas).
 
Por otro lado, cabe resaltar que los daños a los productos hidrobiológicos también pueden ser causados como resultado de las medidas tomadas para combatir un derrame de petróleo. Por ejemplo, los animales y las plantas que de otro modo no se verían afectados por los hidrocarburos flotantes pueden contaminarse debido a la exposición a las gotas de hidrocarburos suspendidas en la columna de agua, especialmente si se utilizan dispersantes en las cercanías. Las técnicas de limpieza agresivas o inapropiadas, como el lavado indiscriminado con alta presión y/o agua caliente, también pueden afectar negativamente a las especies explotadas comercialmente y retrasar la recuperación natural.
 
Asimismo, es importante destacar que este es un impacto a largo plazo y la recuperación de las zonas puede demorar años. Por ejemplo, las algas y otros organismos pueden comenzar a acumular cantidades mínimas de petróleo sedimentado en el fondo marino, los cuales mediante el proceso de bioacumulación pueden llevar a la concentración de metales pesados en peces, inclusive a largo plazo.
 
¿Qué se puede hacer para prevenir esta situación?

Los derrames de petróleo pueden ser producidos ​​por diferentes razones desde averías de los equipos, errores humanos o descuidos de la empresa hasta desastres naturales y actos vandálicos e ilegales. Debido a que el petróleo y sus derivados pueden causar graves daños al medio ambiente, se deben realizar todos los esfuerzos para prevenir un derrame como:
  • realizar un monitoreo permanente de las actividades petroleras;
  • mantener públicos y actualizados los planes de contingencia de las empresas petroleras;
  • fortalecer los mecanismos de auditoría por parte de las autoridades competentes, de manera que sean efectivos;
  • asegurar que se cuente con la infraestructura, capacidad y equipos necesarios para hacer frente a contingencias relacionadas con derrames de crudo;
  • identificar áreas donde actividades petroleras no deberían ser permitidas por el riesgo a derrames (por ejemplo, áreas protegidas y sus zonas de amortiguamiento);
  • promover que el país haga una transición a energías limpias que reemplacen a los hidrocarburos.
 
Es importante resaltar la urgencia de establecer planes nacionales que permitan la transición energética a energías limpias y estrategias para fomentar su adopción. Si la ciudadanía reduce su consumo y dependencia de derivados del petróleo y depender de él, se requerirá trasportar menos producto, mitigando el riesgo de futuros derrames.
 
Juntos por la Recuperación del Mar
 
Más de 260 organizaciones de la sociedad civil se han unido con el objetivo de articular esfuerzos para enfrentar juntos la emergencia ambiental y brindar apoyo al gobierno.
 
La coalición #RecuperoMiMar tiene como finalidad:
 
  • Reunir esfuerzos para apoyar el rescate de especies de fauna marina
  • Obtener donaciones que permitan financiar la recuperación del ecosistema marino, fauna y comunidades pesqueras afectadas.
  • Sumar esfuerzos para captar ayuda internacional y generar la incidencia necesaria para solucionar esta emergencia, entre otros.
 
Para contribuir a esta importante labor ingresa a: recuperomimar.com


 

 
© Daniela Freundt / WWF-Perú / 19 de enero, Miramar, Ancon

 

 

 © Daniela Freundt / WWF-Perú / 22 de enero, Balneario de Ancón, Ancón

 
 
 
© Daniela Freundt / WWF-Perú
Nunca más un mar negro
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