COP20 EN LIMA
Las negociaciones climáticas fracasaron en dar resultados a pesar de ser el año más caliente jamás antes registrado
WWF emitió las siguientes declaraciones de Samantha Smith, Líder de la Iniciativa Global de Clima y Energía de WWF al término de las negociaciones climáticas en Lima (Perú):
“A pesar de los extremos eventos climáticos en Filipinas y de que este año es potencialmente el más caliente jamás registrado, los gobiernos en las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas en Lima optaron por un ‘plan a medio cocinar’ para reducir las emisiones.
“Los gobiernos fallaron rotundamente en alcanzar un acuerdo sobre planes específicos para reducir las emisiones antes del 2020, con el cual se sentarían las bases para terminar la era de los combustibles fósiles y se aceleraría el paso hacia las energías renovables y una mayor eficiencia energética.
“La ciencia es clara: demorar las acciones hasta el 2020 hará que sea casi imposible evitar los peores impactos del cambio climático; sin embargo, la conveniencia política ganó sobre la urgencia científica. En lugar de liderazgo, entregaron un plan opaco con muy poca relevancia científica.
“Los negociadores desaprovecharon la ola de optimismo político sobre la que iniciaron las negociaciones, incluso después de los compromisos de China y Estados Unidos de reducir sus emisiones, y de los US$ 10 mil millones iniciales para el financiamiento climático, proveniente de países grandes y pequeños.
“Los gobiernos de los países desarrollados no pudieron siquiera explicar cómo cumplirán con la promesa de los US$ 100 mil millones anuales para el financiamiento climático al 2020. En una movida que aparentemente desechó la situación de los países más vulnerables, removieron la narrativa significativa sobre “pérdidas y daños”.
“Si realmente quieren evitar la catástrofe climática, los gobiernos tienen que empezar inmediatamente a identificar acciones específicas para reducir las emisiones y para proporcionar financiamiento antes del 2020. Habrá varias oportunidades, especialmente con las cumbres del G7 y de las Naciones Unidas que reunirán a los países más poderosos en junio de 2015. Tienen seis meses para presentar sus reducciones de emisiones más ambiciosas y compromisos de financiamiento para el 2020 en adelante, junto con toda la información para describir la manera en qué cumplirán con ello.
“El resultado en París es aún un misterio y los gobiernos pueden develarlo. Sin embargo, será un camino difícil para poner todo en orden el próximo año, y elaborar así un acuerdo equitativo y adecuado, basado en ciencia y no en política.
“En un marcado contraste con las negociaciones, hemos visto desarrollos positivos en el exterior. Los países latinoamericanos han dado un muy buen ejemplo de liderazgo a lo largo del año, demostrando que la acción climática decidida es posible, con anuncios para el incremento las energías renovables, reducción de las emisiones provenientes de los bosques, preparación para los impactos climáticos y contribución a la capitalización del Fondo Verde por el Clima, con sus propios recursos y el apoyo de otros países.
“Al dejar Lima, WWF continuará trabajando con otros aliados de la sociedad civil, gobiernos locales y nacionales, sectores empresariales, y otros actores dentro y fuera de este proceso, con el objetivo de mantener viva la lucha contra el cambio climático con la urgencia necesaria”.
“A pesar de los extremos eventos climáticos en Filipinas y de que este año es potencialmente el más caliente jamás registrado, los gobiernos en las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas en Lima optaron por un ‘plan a medio cocinar’ para reducir las emisiones.
“Los gobiernos fallaron rotundamente en alcanzar un acuerdo sobre planes específicos para reducir las emisiones antes del 2020, con el cual se sentarían las bases para terminar la era de los combustibles fósiles y se aceleraría el paso hacia las energías renovables y una mayor eficiencia energética.
“La ciencia es clara: demorar las acciones hasta el 2020 hará que sea casi imposible evitar los peores impactos del cambio climático; sin embargo, la conveniencia política ganó sobre la urgencia científica. En lugar de liderazgo, entregaron un plan opaco con muy poca relevancia científica.
“Los negociadores desaprovecharon la ola de optimismo político sobre la que iniciaron las negociaciones, incluso después de los compromisos de China y Estados Unidos de reducir sus emisiones, y de los US$ 10 mil millones iniciales para el financiamiento climático, proveniente de países grandes y pequeños.
“Los gobiernos de los países desarrollados no pudieron siquiera explicar cómo cumplirán con la promesa de los US$ 100 mil millones anuales para el financiamiento climático al 2020. En una movida que aparentemente desechó la situación de los países más vulnerables, removieron la narrativa significativa sobre “pérdidas y daños”.
“Si realmente quieren evitar la catástrofe climática, los gobiernos tienen que empezar inmediatamente a identificar acciones específicas para reducir las emisiones y para proporcionar financiamiento antes del 2020. Habrá varias oportunidades, especialmente con las cumbres del G7 y de las Naciones Unidas que reunirán a los países más poderosos en junio de 2015. Tienen seis meses para presentar sus reducciones de emisiones más ambiciosas y compromisos de financiamiento para el 2020 en adelante, junto con toda la información para describir la manera en qué cumplirán con ello.
“El resultado en París es aún un misterio y los gobiernos pueden develarlo. Sin embargo, será un camino difícil para poner todo en orden el próximo año, y elaborar así un acuerdo equitativo y adecuado, basado en ciencia y no en política.
“En un marcado contraste con las negociaciones, hemos visto desarrollos positivos en el exterior. Los países latinoamericanos han dado un muy buen ejemplo de liderazgo a lo largo del año, demostrando que la acción climática decidida es posible, con anuncios para el incremento las energías renovables, reducción de las emisiones provenientes de los bosques, preparación para los impactos climáticos y contribución a la capitalización del Fondo Verde por el Clima, con sus propios recursos y el apoyo de otros países.
“Al dejar Lima, WWF continuará trabajando con otros aliados de la sociedad civil, gobiernos locales y nacionales, sectores empresariales, y otros actores dentro y fuera de este proceso, con el objetivo de mantener viva la lucha contra el cambio climático con la urgencia necesaria”.